Cómo elaborar un bálsamo labial casero
Un bálsamo labial aportará propiedades hidratantes y regeneradoras a nuestros labios, especialmente castigados durante los meses más fríos.
El bálsamo casero que te voy a proponer ofrece propiedades calmantes, hidratantes y regeneradoras. Lo mejor es que contiene únicamente aceites y mantecas vegetales, con lo cual, la elaboración será muy sencilla para que todo el mundo pueda realizarlo fácilmente.
Los ingredientes los puedes encontrar a través de proveedores de materias primas para la elaboración de cosmética natural. Actualmente hay mucha oferta. Te recomiendo que sean proveedores que trabajen con productos de calidad y certificados para la elaboración de cosmética natural.
Empecemos a cacharrear!!!
Lo primero, lista de ingredientes necesarios para 15ml:
– Manteca de mango – 6.5 gr
– Manteca de kokum – 3.5 gr
– Aceite de jojoba – 1 gr
– Aceite de ricino – 1 gr
– Aceite de manzanilla – 1 gr
– Aceite de caléndula – 1 gr
– Aceite esencial de lavanda (unas pocas gotas para dar aroma) – 3- 4 gotas
– Vitamina E Tocoferol – 3 gotas
Ten en cuenta que el tamaño para un bálsamo labial suele ser pequeño. En un envase de 15 gr será suficiente, por lo que la cantidad de las materias primas tampoco requerirá un gran tamaño. Dependerá si luego utilizas estos ingredientes para otras elaboraciones futuras.
El tema del aroma es muy personal. He incluido en la receta aceite esencial de lavanda. Por supuesto, si lo quieres sin aroma, simplemente no añadas ningún aceite esencial u otro tipo de aroma natural. También lo puedes cambiar por cualquier otro que te guste más.
Elaboración:
– Desinfecta todo el material que vayas a utilizar. Puedes pulverizar alcohol y dejarlo secar antes de empezar.
En este caso, un vaso de precipitado de vidrio, una varilla de vidrio, una cuchara para añadir ingredientes y/o mezclar, una espátula que nos puede venir bien para incorporar las mantecas y la báscula/balanza digital de precisión para pesar las cantidades.
– Calienta al baño María las matencas junto con los aceites vegetales. Bastará con que se fundan, no necesitamos calentar más. Retira el recipiente del baño María y deja que enfríe un poco. Lo justo para que no solidifique.
– Por último, añade la Vitamina E y el aceite esencial/aroma natural en caso de utilizarlo. Mezcla suavemente para homogeneizar tu bálsamo.
– Envasa tu bálsamo labial
– Deja que termine de enfriar y empiece a solidificar
Si te resulta más cómodo, puedes elaborar cantidades mayores, ya que una parte del bálsamo seguramente quedará pegada en los utensilios de elaboración. Te en cuenta también que el envasado debe realizarse lo más rápido posible, ya que solidifica rápido.
En el caso de que vayas a utilizarlo y veas que está demasiado líquido, esto puede pasar en los meses más cálidos, simplemente mete tu bálsamo en el frigorífico por un rato para una mejor conservación y que se solidifique.
Cuidado al abrir el envase, ya que puede derramarse si se ha derretido. Por ejemplo, si lo llevas en el bolso y el ambiente es cálido, ten en cuenta que es un bálsamo 100% natural hecho a base de ingredientes grasos y que la proporción de los ingredientes está pensada para que derritan al contacto con la piel.
La receta no contiene ceras porque su punto de fusión es bastante más elevado que el de las mantecas. Cierto que ayudarían a mantener el bálsamo en estado sólido, sin embargo, crean una capa selladora sobre la piel que ejerce un efecto oclusivo y no es lo que busco en esta receta.
A continuación, y ya para terminar, os dejo aquí abajo una pequeña descripción de cada ingrediente utilizado.
– Manteca de Mango, es menos densa y oclusiva que las mantecas de karité y cacao debido al tipo de ácidos grasos que la componen. Es de textura ligera y tiene propiedades hidratantes, emolientes y regeneradoras.
– Manteca de Kokum, es algo más dura que otras mantecas. Es rica en ácidos grasos con propiedades hidratantes y suavizantes para la piel. Contiene antioxidantes que ayudan a proteger la piel de los radicales libres y otros factores ambientales haciendo de ella una excelente opción para prevenir el envejecimiento prematuro de la piel.
– Aceite de Jojoba, aporta propiedades emolientes, hidratantes, antioxidantes y regeneradoras. Su composición de ácidos grasos la hacen extraordinariamente compatible con la piel humana.
– Aceite de Ricino, es un aceite denso que aporta importantes beneficios como la hidratación profunda, nutritivas, antibacterianas y reparadoras, entre otras.
– Aceite de Manzanilla, también denominado “oleato” de manzanilla. Consiste en macerar la planta de la manzanilla en un aceite portador, como puede ser el de girasol, oliva o soja, por ejemplo, y dejar que las propiedades de la planta impregnen dicho aceite. En este caso tendremos un doble beneficio: el del aceite portador y la planta que maceramos. La manzanilla aporta importantes propiedades regeneradoras, especialmente en pieles castigadas.
– Aceite de Caléndula, al igual que el anterior, es un “oleato” o maceración de un aceite portador con la planta de la caléndula, la cual nos aporta propiedades calmantes, antisépticas y reparadoras, especialmente indicada en pieles sensibles o irritadas.
– Aceite esencial de lavanda, aporta un aroma muy agradable además de propiedades calmantes y relajantes.
– Vitamina E tocoferol, es un antioxidante natural que se utiliza como conservante natural para evitar el enranciamiento y oxidación de los cosméticos, específicamente si contienen aceites vegetales. Es decir, es un conservante natural específico para los aceites vegetales. Se encuentra en distintas concentraciones en ciertos aceites vegetales, frutos secos y verduras.
