Elaboración de un limpiador bifásico
Como ya mencionaba en un post anterior, los bifásicos son limpiadores que contienen una parte acuosa y otra formada por aceites. En reposo se ve la capa separadora perfectamente: agua abajo y aceite arriba. Para utilizarlo, solo tienes que agitar y poner un poco en un disco desmaquillante/paño suave. A continuación, pásalo por todo el rostro, incluyendo contorno de ojos y labios.
Vamos a elaborar un bifásico especialmente formulado para pieles mixtas y grasas. Dejaré algunas notas para poder ajustar la receta a otros tipos de piel.
Empecemos a cacharrear!!!
Lo primero, lista de ingredientes necesarios para 100ml (puedes pesar los ingredientes en gramos sin problema):
FASE OLEOSA
– Coco Caprylate – 10ml (gr)
– Escualeno vegetal – 15ml (gr)
– Aceite de coco fraccionado – 25ml (gr)
*Aceite esencial para dar aroma
FASE ACUOSA
– Hidrolato de geranio – 15ml (gr)
– Hidrolato de lavanda – 15ml (gr)
– Agua destilada/desmineralizada – 14,5ml (gr)
– Glicerina vegetal– 3ml (gr)
– Leucidal – 2ml (2gr)
– Papaína – 0,5 gr
*Si queréis darle un aporte extra de aroma, podéis añadir en los aceites unas gotas de algún aceite esencial que os guste. Lo único, os aconsejo que sea un aceite esencial que armonice bien con los aromas de los hidrolatos. En esta receta, yo no añadiré ningún aceite esencial, puesto que la combinación de ambos hidrolatos ya le da un aroma suave muy agradable.
Elaboración:
– Desinfecta todo el material que vayas a utilizar. Puedes pulverizar alcohol y dejarlo secar antes de empezar.
En este caso, dos vasos de precipitado de vidrio, una varilla de vidrio para incorporar los aceites, hidrolatos y mezclar, una cuchara para añadir la papaína (en polvo), una pipeta de vidrio para añadir el conservante, a goteo y la báscula/balanza digital de precisión para pesar los ingredientes.
Hay también pipetas de plástico, pero las de cristal son lavables y por tanto mejores de cara a la reutilización. No adquieren colores u olores de productos anteriores.

– Mezcla los ingredientes de cada fase en cada uno de los vasos. Es decir, los ingredientes de la fase oleosa en un vaso y los ingredientes de la fase acuosa en el otro vaso. Agita despacio para que se mezclen todos bien.


– Mide el PH de la fase acuosa.
Aquí abrimos un melón interesante: el PH de la piel y cómo regularlo en nuestros cosméticos caseros. Subiré un post específico para esto más adelante.
Por ahora, es importante que tengáis en cuenta que lo ideal será ajustar el PH de la fase acuosa al 5.5. La fase oleosa no es necesario porque los aceites no tienen PH.
Y ahora bien, ¿cómo lo ajustamos? Utilizando tiras reactivas de PH. Actualmente hay muchas opciones en el mercado. En cualquier tienda de venta de ingredientes para la elaboración de cosmética casera podéis encontrarlas. Suelen medir el PH por puntos enteros en una escala del 1 al 14. Siendo el 1 muy ácido y el 14 muy básico.
El agua suele tener un PH de 7.
Hay opciones más precisas que hacen mediciones de medio punto en medio punto, que será las que yo utilizaré. Se consiguen fácilmente por internet.
Mojamos la varilla y la pasamos por encima de la tira reactiva. IMPORTANTE: NO metemos la tira en nuestro vaso de medidas.
En caso de que salga un PH ácido, lo podemos subir añadiendo un pelín bicarbonato sódico. Esto se hace por tanteo: es decir, se añade una mínima cantidad de bicarbonato sódico y se vuelve a medir el PH. Si está cercano al 5.5, consideramos ajustado el PH. Si por el contrario nos sale un PH alcalino (básico), podemos regularlo añadiento unas pocas gotas de ácido láctico. Empezando por una gota si es poca cantidad de fase acuosa como es nuestro caso. El ácido láctico se vende en tiendas de ingredientes para la elaboración de cosmética y suele estar diluido al 80% (80% es ácido láctico puro y el otro 20% agua)
Lo importante es obtener un PH del 5.5 o lo más cercano posible. Hay pieles que toleran perfectamente un PH algo más ácido, como por ejemplo del 5. Si os pasáis de acidez, podéis ocasionaros problemas cutáneos como irritaciones. Si os vais a un PH demasiado básico, estaréis dejando la piel desprotegida frente a microorganismos que os pueden causar problemas como infecciones. La piel tiende a tener un PH ligeramente ácido precisamente porque tiene una barrera de protección frente a microorganismos, a los que les resulta difícil proliferar en medios ácidos.

– A continuación, añadimos la fase acuosa a la fase oleosa. O lo que es lo mismo: vertemos el vaso de la fase acuosa en el vaso en el que tenemos nuestra fase oleosa.

– Por último, envasamos y a disfrutar 😉

Podéis reutilizar envases que tengáis de otros cosméticos siempre que los lavéis y desinfectéis previamente.
Como ya os comenté al principio, os dejo unas ideas para ajustar esta receta a otros tipos de piel:
Pieles secas y/o maduras:
Fase oleosa: El coco caprylate lo podemos sustituir por aceite de argán y el de coco fraccionado por aceite de hueso de albaricoque. El escualeno lo podemos dejar tal cual está.
Fase acuosa: Los hidrolatos pueden ser de azahar, rosa damascena o de cistus-jara, por ejemplo. El de rosas y cistus-jara es válido para todos los tipos de piel.
La glicerina podemos aumentarla a 4ml (gr) y además añadir otro humectante como puede ser el lactato de sodio 2ml (gr).
La papaína, aunque es un exfoliante muy suave de origen natural y un buen hidratante para pieles secas, podría ocasionar irritaciones en pieles sensibles. Aconsejo eliminarla de la receta si este es el caso o bien disminuir la dosis al 0,2% y ver qué tal funciona.
Como estamos añadiendo más glicerina y lactato de sodio, hay que ajustar las cantidades finales de la receta. En este caso, lo más sencillo es en vez de añadir 14,5ml de agua, añadimos 11,5ml de agua (14,5 – 1ml extra de glicerina – 2ml de lactato de sodio).
En caso de eliminar la papaína, quedaría con 12ml de agua.
El proceso de elaboración es el mismo.
A continuación, y ya para terminar, os dejo aquí abajo una pequeña descripción de cada ingrediente utilizado.
– Coco Caprylate, es un emoliente natural (evita la pérdida de agua), obtenido del coco. Es un sustituto de las siliconas sintéticas, así que podríamos decir que es una silicona natural y no se debe confundir con un aceite vegetal. No deja sensación grasa y aporta una textura ligera y sedosa a los cosméticos.
– Escualeno vegetal, es un emoliente natural, obtenido del aceite de oliva. Protege la piel de la deshidratación y es muy similar a las grasas naturalmente presentes en nuestra piel, por lo que es muy bien tolerado. Mejora la elasticidad de la piel y aporta una textura ligera, sedosa y nada grasienta.
– Aceite de coco fraccionado, es un aceite vegetal con propiedades emolientes, obtenido del coco. Penetra rápidamente en la piel sin taponar los poros ni dejar sensación grasa. Tiene propiedades calmantes.
– Aceite de argán, es un aceite vegetal que aporta propiedades hidratantes, antioxidantes, antiinflamatorias, antiedad, cicatrizantes y antisépticas. Es un aceite ligero y de absorción rápida debido al tipo de ácidos grasos que lo componen.
– Aceite de hueso de albaricoque, es un aceite vegetal muy suave y calmante, de sensación más grasa pero con una capacidad de penetración muy rápida, por lo que no deja sensación grasienta. Lo que lo hace ideal para pieles apagadas, secas o sensibles que necesitan un efecto revitalizante y un aporte extra de nutrición e hidratación.
– Hidrolato de geranio, antiinflamatorio, refrescante, calmante e hidratante. Tiene propiedades seborreguladoras y es un buen desinfectante. Su aroma es muy agradable y está indicado también para pieles sensibles. Se obtiene de la destilación por arrastre de vapor de agua de la planta (normalmente hojas y/o flores).
– Hidrolato de lavanda, antiinflamatorio, astringente, refrescante, calmante y regenerador. Aroma característico a lavanda. Se obtiene de la destilación por arrastre de vapor de agua de la planta (espigas en flor de la planta).
– Hidrolato de azahar, calmante, regenerador, refrescante. Suaviza y aporta luminosidad a la piel. Especialmente indicado para pieles secas/maduras y sensibles. Apto también para pieles grasas. Tiene un aroma cítrico muy fresco. Se puede utilizar incluso solo, como un tónico refrescante, aplicado en spray. Se obtiene de la destilación por arrastre de vapor de agua de la planta (flores).
– Hidrolato de rosa damascena, astringente, refrescante, antiséptico, antiinflamatorio y antioxidante. Está especialmente indicado para pieles secas/maduras y sensibles. Sin embargo, al tener propiedades polivalentes, también es utilizado como limpiador y astringente (reductor del tamaño de los poros), lo que hace que se utilice como tónico, él solo, para todo tipo de piel, incluidas también las pieles grasas. Se obtiene de la destilación por arrastre de vapor de agua de la planta (flores).
– Hidrolato de cistus-jara, reafirmante y regenerador para pieles secas/maduras. Calmante para pieles sensibles. Astringente y purificador para pieles grasas. Se obtiene de la destilación por arrastre de vapor de agua de la planta. Se obtiene de la destilación por arrastre de vapor de agua de la planta (ramas y otras partes de la planta).
– Glicerina vegetal, es un principio activo altamente hidratante y emoliente. Extraído de diferentes tipos de aceites vegetales.
– Leucidal, es un conservante natural que evita la proliferación de microorganismos y bacterias en cosméticos que contienen fase acuosa. Se obtiene a través de la fermentación de las bacterias Leuconostoc Kimchii (un género de bacterias de ácido láctico). No aporta aroma y es muy respetuoso con la piel, ya que no causa irritación.
– Lactato de sodio, es un derivado natural de la fermentación del azúcar. Suele venderse diluído al 60% (60% lactato de sodio y un 40% agua). Se utiliza como humectante, ya que tiene gran poder captador y retenedor de agua en la piel (solo superado por el ácido hialurónico). Ayuda a mantener el PH estable cuando se combina con el ácido láctico.
– Papaína, es un extracto natural de la fruta de la papaya. Tiene propiedades exfoliantes que ayudan en la eliminación de las células muertas de la piel. Tiene propiedades antiinflamatorias, hidratantes y ayuda a tratar las imperfecciones (cicatrizante, manchas, acné..ya que promueve una piel más uniforme).
Ácido láctico, se obtiene a través de la fermentación del azúcar. En nuestra receta lo utilizaremos sólo si es necesario, para regular el PH (una o unas pocas gotas). El ácido láctico es un alfa hidroxiácido (AHA), que suele utilizarse en peelings. Sin embargo, hay que ser muy cuidadoso porque puede irritar la piel o causar otros daños si no se utiliza adecuadamente.